24 de Marzo del 2010
Por Ricardo Yattah
Mañana o antes o más tarde
Un trance y la memoria tal vez o . . .
Quizás adormecida
Según el brío o el aliento negro
De las voces y silencios
Quién puede decir
Quién puede negar
Quiénes afirman o dudan
Un abismo acidulado
De limón o lentejuelas
Rescate me dijeron
En un baldío fangoso
Casi doce mil jornadas
Con sus noches y sus días
Rescatado del olvido
¿Y los penitentes?
¿Con el sayo a cuestas
O el catafalco vacío?
Giró la rueda
Un punto recorrió su entorno
Y regresó al de partida
Estoy aquí
Aunque no me distingas
Soy la misma sombra
Invisible
Del fatigado ayer
Tan cerca e indeciso
¿Hay ruidos
O clausura
Hay cauce seco
O sangre devorada?
La sangre novicia
Algo clama
Más allá del 24
En el mes de las calendas
No olvido que el fuego quiso
Secarme las aguas puras
Y estas que tengo en las manos
Aún no se secaron
Una esfera opaca
Boya en el horizonte
No es el sol ni la montaña
Ni mis únicas llanuras
Afiebrado
Crujen mis manos
En crepúsculo cansino
Porque no cierra la herida
Es de lesa [no cuaja ni condensa]
Recorre lenta los muros
Y fluye en cada sollozo
Me miro y me desencuentro
La historia no me ilumina
Antes bien que me condena
Invadiendo mis olvidos
Mañana no es sólo un punto
Son casi doce mil jornadas
Con sus noches y sus días