algo para recordar
Por Ricardo Yattah
pero esto no es película
las migas de pan duro recostadas en la mesa
una silla taladrada
de sentadas y accidentes
y esa copa de mal vino
o una jarrita con borra
donde leen los bohemios
más bohemios que punzantes
una vida en el obsequio
de quien no quiere perderla
y desea soportarla aún en el desespero
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
es una esquina cualquiera
de una ciudad misteriosa
legendaria
ora perversa
y a veces
iluminada
un vitral que da a la calle
donde baila la vereda
al ritmo del paso largo
apresurado y profano
detrás del condumio escaso
algún árbol que aún queda
porque no llegó el hacha
y florecerá en Setiembre
con colores de mazorca
melodías no olvidadas
que todavía se escuchan
con la unción de misa rea
en el oído pagano
y esas ganas de llorar
o de volver (el regreso)
a lo que fue que no ha muerto
sólo vive en moribundo
esa
es la ciudad de Manzi
o de Borges y Jauretche
tal vez de Victoria Ocampo . . .
la voz de Hugo o Lesica
y el canto de Fiorentino
en el teclado de Osvaldo
aún repite la “Yumba”
alguna quebrada línea
del afro y de la habanera
esa es mi ciudad “hermano”
(tristísimo Martín Fierro
o un Lazarillo de Tormes)
lástima ¿?
falta Neruda
y alguna frase de Víctor
o la palabra empeñada
del Cortázar parisino
en ese contexto oscuro
ocultado por las dudas
hay memoria para rato
(porque lo fugaz de ahora
se va por la alcantarilla
dado su olor nauseabundo)
es hora de celebrar
la amistad . . . la del AMIGO
con un vaso de ginebra
o de grapa Valleviejo
en el Tortoni,
Odeón,
La Academia
o en la esquina
de los Boedo y San Juan . . .
y aunque quieran convencernos
de seamos enemigos
no . . .
no podrán derrotarnos !
representamos sin mancha
al “Uomo” de Buenos Aires
y de todo un cono “azzurro”
al que llaman “Interior”
que es el país de la Argentia
donde todavía reza
“busquemos lo que nos une” . . .
el sitio de los AMIGOS
todos los días del año . . .
y no olvidemos el “pucho”
gimiendo en el cenicero
aunque las “minas” nos tilden
de antiguos . . . y de hechiceros . . .
San Andrés, 20 de julio 2009
(por anticipado . . . a ver si nos destruyen mañana)