Las Anécdotas

Para sugerir anécdotas, enviar un e-mail al urquizadeflores@yahoo.com.ar


De Carlos Capella de 5to 2da 78

El ’75 fue complicado porque había mucha preocupación por “limpiar” el colegio. Demasiada actividad política dentro y fuera en un año trágico y delirante. Estábamos en 2do. año y terminamos el año 15 afuera del colegio, yo recién pude volver en 4to., en el ’77. Las amonestaciones por cualquier cosa venían en paquete king size.
Un preceptor interrumpe la clase buscando a Gerardo López. López remolonea en prestar atención, el preceptor insiste con el llamado: “¡López!”. Jorgito Zirlinger, con fingida obsecuencia, se asocia a la convocatoria equivocando el énfasis modalizador: “¡López… Lo pezone…!”. Por esa pavada lo echaron del colegio, pero bueno, fue épico.

Silva, el de dibujo, tal como cuentan en otros posteos, era un personaje total. En vez de ir al baño de profesores iba al baño de alumnos. Lo peor de todo era que vos, sorprendido, al topártelo parado en el mingitorio, lo saludabas con asombro y el tipo retiraba una mano de donde la tenía ocupada para dártela… Se la había meado previamente y te encajaba todo el meo… y encima te retenía la mano mientras se cagaba de risa.
Mandaba fruta dando clase pero era muy divertido y, dentro de todo, era un espíritu libre en medio de un montón de profesores mediocres que peleaban como podían con sus limitaciones para motivar al alumnado.

Carlos Capella – 5º2a. 1978


De Fernando Casiraghi de 5to 2da 71:

Esta anécdota conlleva la confesión de un delito, es cierto que  sin víctimas ni damnificados pero al menos implica allanamiento de morada y robo de propiedad pública. El asunto fue que en una trasnoche de mediados del 70, probablemente en los billares del Odeón se nos ocurrió a los que allí estábamos y como acto de protesta sin demasiada base ideológica contra algunos personajes que dirigían o habían dirigido el colegio, léase Passione, Garda y algún otro semifacho con cargo directivo y fijación con el largo del pelo, se nos ocurrió, decía, robarnos la piedra fundamental de las obras proyectadas que terminarían por ser el gimnasio del Colegio.

La misma consistía en una placa de bronce conmemorativa fijada sobre una especie de caja de mármol o granito sintético, color rojizo si mal no recuerdo, de unos 30 x 20 x 15 cm . Todo el conjunto cubría un hueco cavado en la tierra del jardín que estaba sobre Bacacay donde se habían introducido los planos de la futura obra. Decidida la acción guerrillera, fijamos cita para el sábado venidero 3 a .m.

Concurren a la cita Carlos Melo (querido Carlos que se nos fue hace pocos años y siempre lo recordaré, futuro médico cirujano en ese momento) y Sergio B. (renombrado abogado en la actualidad). Me reservo algún apellido al no poder pedir permiso para la presente delación. Sergio, que pensó que era una broma y que nos juntábamos para ir a tomar algo por ahí, vino de traje y corbata porque venía de una fiesta, no sé si de 15, un bar–mitzvah o un casamiento. Cacho y yo vestidos para la acción. Por su vestimenta, Sergio fue dejado de campana y nosotros trepamos la reja con alguna dificultad por las puntas en que terminaban y decididamente nos apoderamos de la mencionada piedra fundamental.

El problema fue que pesaba una tonelada y pasarla del otro lado de la reja nos costó muchísimo tiempo de ensayo y error. A todo esto un vecino del edificio de Bacacay casi Condarco, o sea justo enfrente de los acontecimientos relatados, se quedó parado en la puerta del edificio mirándonos, lo cual nos puso bastante nerviosos. Cuando logramos pasar el cuerpo del delito del otro lado de la reja, la llevamos a mi casa, Condarco y Bogotá, pero dando la vuelta por Terrada para disimular. Cuando estamos entrando a mi casa, vemos un patrullero que llegaba a la esquina del Colegio, seguramente alertado por el vecino comedido. Llevamos piedra y planos adentro, esperamos un tiempo a que aclarara y mis amigos hicieron mutis por el foro hacia sus respectivas casas. A la nochecita de ese domingo Cacho y yo estabamos en la casa de Gualberto A. (actualmente exitoso empresario del rubro consultoría en marketing), un confabulado que había faltado a la cita, cuando llama Sergio llorando. Que no pudo dormir, que le remordía la conciencia, que nos iban a echar del colegio, que íbamos a ir en cana (recordemos que estábamos disfrutando de un gobierno militar). Nada de lo que le dijimos lo convenció, a los 20 minutos lo teníamos ahí, CON EL PADRE! Lo que nos dijo el indignado progenitor de Sergio no se puede repetir ya que esto pueden leerlo menores. Ya no teníamos salida, había que devolver el botín. Fuimos inmediatamente a mi casa subimos a la terraza donde habíamos puesto el cadáver. El susodicho padre la envolvió en papeles de diario, la metió dentro de una bolsa de plástico y caminó la cuadra que hay hasta el colegio con el bulto bajo el brazo, tomando múltiples precauciones para evitar ser visto (dignas de una película de la pantera rosa, Cacho y yo nos esforzábamos para no reírnos) y dejó el paquete en la escalinata de la puerta del colegio.

Al otro día faltamos los involucrados pero nos acercamos al colegio para ver si hubo repercusiones, que no las hubo. La piedra fue reinstalada recién al otro año, esta vez con cemento. El cuento tiene un epílogo de muchos años después. En una reunión de ex-compañeros salió la anécdota y Gonzalito (sí, el de historia, un tipazo) nos contó que para las autoridades del Colegio había sido un misterio lo que había pasado y que nunca habían tenido ni idea de los autores ni los motivos. Se ve que no teníamos compañeros batilanas ya que todo el curso sabía todo. Y lo más gracioso era que la noche de la devolución intervino la policía ya que el paquete era sospechoso de ser un artefacto explosivo. Los planos nunca los devolvímos y estuvieron en mi poder hasta que desaparecieron en una reforma que se hizo en mi casa.

Saludos,

Fernando Casiraghi
Egresado 5º 2ª , año 71


Mensaje que nos mandó Álvaro Carlos Otero de 5to 5ta 60 relacionado a nuestra entrada del blog: La toma del Colegio

El Urquiza no fue un colegio pacífico. No conozco antecedentes de los primeros decenios de su existencia,  pero no había cumplido 20 años de existencia y ya tenía a sus alumnos demadando con manifestaciones callejeras la reposición de Marco Viberti, el “oso”, como rector del establecimiento.

El Urquiza funcionaba en ese entonces en un petit hotel en Carabobo y José Bonifacio, en un gran terreno de 20 por 20, por lo menos, con verja y parque. La falta de mantenimiento apropiado hizo que en 1955 los alumnos salieran a la calle reclamando por la caída de mampostería. Viberti se hizo eco del pedido, lo removieron y los alumnos exigieron su vuelta. El golpe militar de septiembre de 1955 facilitó la reposición del rector y el cambio de edificio: se destinó al secundario un edificio construído originalmente para la escuela primaria puesta bajo la advocación del general entrerriano que alentó la sanción de la Constitución de 1853. En otra colaboración hablé de la rebelión de los alumnos de 2º 6º de 1957, cuando acumulamos los bancos rotos por el porte de los adolescentes que superaba holgadamente las medidas infantiles para las que los muebles habían sido planeados.

Otra rebelión tomó cuerpo en 1958, cuando el presidente Arturo Frondizi reglamentó el artículo 28 de la ley de educación. Se permitiría en adelante que las universidades privadas otorgasen títulos habilitantes para las profesiones tales como medicina, ingeniería, odontología, derecho.

Para muchos alumnos esto significaba que el Estado iba a dejar de cumplir con su obligación constitucional de brindar educación de todos los niveles en forma gratuita. Se intuía que los presupuestos, nunca demasiado generosos, iban a ser cada vez más magros, más insuficientes.

En mi lista de registro figuraban nada menos que 58 ausencias, todas por la huelga de estudiantes que había sido declarada. Hubo intentos de organización en reuniones sigilosas en las casas de nuestros compañeros. Allí me enteré de la existencia no solo de la Federación Juvenil Comunista o de organizaciones católicas, sino también de organizaciones nacionalistas, tratzkistas, y peronistas.

Estas últimas estaban más bien encubiertas, sobre todo en el nacionalismo, porque la postura contra el régimen peronista era todavía muy manifiesta entre los estudiantes, que no tenían buen recuerdo ni buenas referencias de los intentos peronistas de organizar a los estudiantes contra las tendencias al parecer espontáneas del reformismo y el incipiente humanismo de matriz democristiana.

Hubo manifestaciones muy concurridas y obviamente opuestas. Los colegios católicos mostraron su potencial en una gran manifestación a favor de lo que llamaban “enseñanza libre”, y los estudiantes partidarios de mantener el régimen estatal de enseñanza marchamos (en la misma semana, un par de días después) por prácticamente el mismo recorrido. La marcha de la enseñanza libre (con distintivos verdes) habrá reunido medio millón de personas (ojo, los niños de la primaria iban hasta con sus uniformes), mientras que los partidarios de la enseñanza laica, con distintivos violetas por el color que caracterizó a la Reforma Universitaria, habremos rondado el millón de personas.

En el trámite de la pelea el Urquiza fue tomado durante dos jornadas. Los ocupantes eran, según se decía, gente de la Fede, la Federación Juvenil Comunista. La policía llegó hasta el colegio y exhortó al abandono de las instalaciones. Los ocupantes hicieron oídos sordos. Hubo tensión en Flores: recuerdo que en esos días un par de jóvenes de mi edad pretendieron ver mis documentos en la galería San José de Flores.

Me negué y casi llegamos a los puñetazos cuando una mujer que yo ni conocía fingió ser amiga de la familia y me sacó de manos de los agresores. Fue una suerte: creo que no me hubiera sido favorable trenzarme con esos dos, que además tenían otros cuatro en su apoyo.

La cuestión es que el colegio fue tomado. Estuvieron dentro un par de días, y finalmente lo dejaron por propia convicción, y también porque el gesto se había cumplido, todos los estudiantes tomamos nota de que había mucha oposición a la reglamentación de la ley, y finalmente porque los sándwiches eran buenos para un rato, pero la comida que se servía en las casas era mejor.

¿Qué pienso hoy sobre la toma del edificio? Después de tanta agua bajo el puente, creo que no se puede asumir ser la “vanguardia” de nada. Un “vanguardista” corre un peligro serio, que no es chocarse con los del otro lado, sino despegarse definitivamente de aquellos a los que dice representar.

En particular repudio hoy el ejercicio de la fuerza, y la toma del colegio es una forma de ejercicio de la fuerza. Claro, es una forma divertida. Y no hay nada que haga sentir mejor a muchos jóvenes que esa especie de aventura que convierte a los espacios de todos los días en algo fantástico. Con el condimento sabroso del poder: el que toma el colegio rara vez se siente en “orsai”, para usar el término futbolero, más bien se siente admirado por propios y ajenos.

Por experiencia se que hay siempre una mezcla de motivaciones en todos estos asuntos. Afán de sobresalir, de lograr la admiración de otros, de tener un pequeño cuarto de hora en TV o en los diarios. Proyecciones de futuros políticos.

Ahora bien, la toma de colegio es una forma de manifestación política, que se hace más necesaria cuando se está ante la inacción de gobiernos que no atienden a lo más elemental en el Urquiza o en otros colegios con los que – como es elemental – los jóvenes se solidarizan porque esa es la etapa de la vida en la que más predispuestos están los humanos a pensar en otros.  Es decir, me resulta difícil coincidir con la toma, e imposible repudiarla por completo.

 

Álvaro C. Otero (5º5ª 1960)


Mensaje que nos mandó Jorge G. Arellano (5to 5ta 63):

Estimados amigos:

Quiero agradecerles la prontitud de su respuesta a mi primera comunicación, y como lo prometido es deuda, enviarles, por si cabe en el anecdotario, el siguiente relato:

 

En 1973 se cumplieron diez años del egreso de nuestra división (5º 5ª de 1963), y previo a la reglamentaria cena, nos encontramos en el colegio, donde alguno había logrado se nos recibiera para una “clase alusiva”. La misma se desarrolló en una de las “aulas nuevas”, que nos era extraña, porque en nuestros tiempos ése era el lugar del célebre “patio de atrás”, territorio exclusivo de “los de quinto”, donde se fumaba, se jugaban partidos de “fútbol” con una tapita de gaseosa, o simplemente se “repasaba” para alguna prueba inminente.

 

La clase alusiva se inició con palabras del Rector, el siempre recordado “Gonzalito”, que en nuestros tiempos era nuestro profesor de Historia (nuestro rector, sucesor del “Oso” Viberti, era el Profesor Cuenca). En sus palabras, además de la bienvenida, nos dijo que la clase, que estaba a punto de iniciarse, estaría a cargo de una de nuestras profesoras.

 

La vista de todos se dirigió a la puerta, y por ella entró, con el mismo paso y la misma seriedad de siempre, nada menos que “La Maglia”. Porque no era la Señora Maglia, ni tampoco la Profesora Maglia. Ella era “La Maglia”, algo así como una deidad griega, que tenía la virtud de provocar el terror de cualquiera que se le enfrentara.

 

Ya en el frente, extrajo de su cartera una Libreta de Calificaciones que seguramente conservaba ella, o el propio Colegio, correspondiente a nuestro curso de 5º año, cuando nos enseñaba Química Orgánica.

 

Nosotros, egresados con diez años de Universidad y profesión por el lomo en la mayoría de los casos, o de trabajo en los otros, no imaginábamos lo que estaba a punto de ocurrir. Porque “La Maglia”, leía para sí la lista, y nos recorría con la mirada alternativamente, hasta que pronunció un perentorio “¡Fulano, pase al frente!”

 

Y allá fue Fulano (no lo citaré por su nombre) para sufrir el bochorno de responder que sí a la pregunta de “¿Estudió?”, y verse sorprendido con una serie de preguntas de Química que ni el propio diablo podría contestar. Naturalmente, lo levantó en peso en debida forma, le prometió “un uno”, y le dijo “Si usted no estudia Química no va a ser nada en la vida”. Pero luego, ya en la realidad de diez años después, y con un tono amigable que no le conocíamos, y la convertía en una entrañable dama, preguntarle qué había hecho de su vida en esos diez años. La respuesta fue hilarante: “Profesora, debo confesarle que ahora soy… Ingeniero Químico”.

 

Vaya con la anécdota mi homenaje a esta querida profesora: en mis años de Universidad, y aun en la profesión (soy Ingeniero, aunque no Químico), jamás necesité de otra Química Orgánica que la aprendida de la mano de “La Maglia”, y de los “baldes de café” que nos recomendaba para acompañar debidamente el estudio de su materia.

Y para la galería de Profesores, una foto de nuestro Profesor de Historia en primer año: nada menos que Alfredo Brandan Caraffa, (en la foto junto a Jorge Luis Borges), abogado, escritor de fuste, compañero de ruta de Borges, de Girondo, de Rojas, a quien me hubiera gustado disfrutar después, pues escucharlo era un privilegio. ¡Esa fue la talla de la gente que nos formó!

De nuevo, gracias, y un cordial saludo !

Jorge G. Arellano

5º 5ª 1963


Álvaro Carlos Otero, de 5to 5ta 60 nos envió los siguiente:

El 5 de agosto, sin previo aviso, dos ex alumnos que este año cumplimos nuestro cincuentenario como bachilleres caímos a eso del mediodía en Condarco y Bacacay con el propósito de realizar una visita. 
En los tiempo sen que estudiamos en el Urquiza se vivían menos complicaciones que hoy. Por la calle Bacacay (no se rían) iba un tambero trashumante con sus vacas. Entrega leche literalmente recién ordeñada en cada una de las casas de su clientela.
Fuimos recibidos por la vicerrectora, quien nos puso en manos de una profesora de Matemáticas y ex alumna de la casa, que se convirtió en nuestra guía en un tour por el colegio que no fue sólo nostalgioso. No confirmé su nombre al concluir la visita para no ser confundido con un lancero, aunque la señora estaba diez puntos. 
Comprobamos que el colegió, pese a todas las contrariedades de la educación pública en el medio siglo que pasó desde nuestra salida del Colegio ha sido objeto de inversión. Cierto, el mobiliario de hoy dista bastante del que conocimos en aquellos tiempos, que era de hierro forjado y maderas duras, pero cumple su función. Se ha construído mucho desde la estructura original, ahora hay gimnasios que hacen innecesario ir al club DAOM como en nuestros tiempos, allí en el bajo Flores, cerca del Cementerio. 
Ya no existe la reja y el portón por el que entrábamos: allí funcionan ahora la rectoría, la sala de profesores y una serie de oficinas. Hay mapoteca, biblioteca, sala de computación. En el patio hay un homenaje a una alumna muerta en ocasión de un aborto; se trata de un mural de estilo bien popular. 
Los chicos probablemente no lo comprenden a fondo por su edad, pero el Urquiza, y todos los secundarios, son una vía para el ascenso personal y social. Tanto el arquitecto Ángel Osvaldo Marco como yo estamos finalizando nuestras carreras, que han sido buenas en gran parte gracias a las herramientas que nos dio el Colegio Nacional Urquiza. 
Ese que nos recibió de vuelta muy afectuosamente el 5 de agosto de 2010, cincuenta años después, y nos puso en las mejores manos para guiarnos.
Cordialmente,


Álvaro Carlos Otero  (5º5ª 1960)


Alfredo Pasut de 5to 4ta 43 nos envió lo siguiente:

Para el anecdotario:  “Alumnos indisciplinados”

 

Transcurría el año 1941 y cursábamos el 3º año, en la 4ª división del turno tarde.

Nos destacábamos en el colegio, más que por nuestra aplicación, por el comportamiento en el aula.  Habíamos arribado a mitad de año y se produce la primera sanción colectiva con 5+5 amonestaciones por denuncia  de nuestros profesores de inglés y música por  inconducta en clase. Consecuencia, 21 alumnos libres por haber pasado el límite de amonestaciones y 21 alumnos que debían tramitar la reincorporación, para lo cual fue necesaria la concurrencia de uno de nuestros progenitores para realizar el trámite respectivo. El que escribe, en el grupo, era el alumno con la menor cantidad de amonestaciones “solo 15”.

Estos actos de inconductas no terminaron ahí, por el contrario,  se reiteraron  y en dos oportunidades más antes de finalizar el año el grupo de 21 alumnos quedó libre. Total ,fueron 3 las ocasiones  en que, en situación de libres , nuestros progenitores tuvieron que realizar los trámites para que pudiéramos nosotros seguir estudiando.

Pero no habían finalizado las consecuencias de nuestras “vivezas  y pioladas”  festejadas tanta veces. La sorpresa vino al año siguiente cuando iniciamos el 4º año de estudios. Nos encontramos con las  divisiones  3ª y 4ª fusionadas en un 50% y con el grupo disgregado.  Por cierto que fue ejemplar y muy efectiva la medida de las autoridades del colegio. Todo cambió, el grupo partido en dos, en el aula un nuevo ambiente, otros profesores y hasta los promedios de las notas mejoramos.

En otro orden  hoy debemos señalar nuestro agradecimiento por cuanto de esa fusión nació una gran amistad entre las dos divisiones y fruto de ello son nuestros siempre y bien esperados encuentros de camaradería  con los dos  almuerzos anuales que organiza siempre el imponderable Héctor Padilla. Pasaron 67 años desde nuestro alejamiento del querido Colegio como bachilleres y aún podemos. Creo que lo expuesto es digno de destacar.  Ya quedamos muy poquitos, pero vamos todavía.


Oscar Horacio Girondin de 5to 2da 60 nos dice:

Mi comentario es respecto de las fotos de la inauguración del monumento, que traen a mi memoria una anécdota de mi división. Estábamos ese año de 1958 en tercero segunda, y al enterarnos de la inauguración del monumento, y no haber sido partícipes del evento, decidimos no concurrir a clases, haciéndonos presentes en dicho acto con el lógico enojo del sr. Rector profesor Marco Viberti por nuestro acto de indisciplina. Es un recuerdo de tantos que atesoramos.

Álvaro Carlos Otero de 5to 5ta 60 nos cuenta la siguiente historia

La rebelión de 2do 6ta:

El Urquiza había funcionado en Carabobo casi esquina José Bonifacio. Se trataba de un edificio viejo y mal mantenido, que en sus tiempos había albergado un prostíbulo o cosa de esas bajo el elegante nombre de Sans Souci.
El edificio estaba tan en ruinas que los alumnos, aún en el gobierno de Juan Domingo Perón, salieron a la calle para protestar. Era 1955, y el gobierno afrontaba problemas serios con la Iglesia, los partidos de izquierda (que atravesaban una etapa de gran popularidad), el radicalismo y varias fuerzas más.
Los estudiantes no tenían nada que ver con esas fuerzas, pero cometieron un acto imprudente: salir a la calle por el cambio de edificio, y después en defensa del rector del colegio, el “Oso” Viberti, un profesor de dibujo y artista muy popular entre los jóvenes. Lo habían desplazado y suspendido a raíz de las primeras manifestaciones.
Encabezados por Leonardo Gleyser (quien posteriormente hizo una brillante carrera periodística en TV) y otros los muchachos marcharon por la Avenida Carabobo hacia Rivadavia reclamando la vuelta del “Oso”. De paso reclamaban de nuevo el cambio de edificio, porque el inmueble de Carabobo y Bonifacio se estaba viniendo abajo. Carabobo estaba partida al medio por un boulevard en el que había enormes tipas, que la convertían en una hermosa avenida.
Era un edificio magnífico, con jardines por sus cuatro costados, que ocupaba un cuarto de manzana. Una ubicación privilegiada, cercana a varias líneas de tranvías. Cuando se fue el Urquiza, en el ex prostíbulo instalaron un colegio de señoritas. Vaya destino. Esto habrá sido en julio o agosto de 1955. En septiembre Perón fue desalojado del gobierno por un golpe militar. El rebelde Urquiza fue premiado con el traslado a un edificio originalmente preparado para una escuela primaria, el de la calle Condarco que todavía ocupa. Todo era para la primaria, incluyendo los pupitres. Construidos en madera dura eran fijos en inflexibles. El primer año todo anduvo más o menos bien, pero ya en el segundo se hizo evidente que era poco envase para jóvenes en crecimiento acelerado.
Otra vez en agosto comenzó el disturbio una mañana en 2º 6ª. Ante la sorpresa de los propios compañeros, los grandotes del fondo (que ciertamente pasaban todos de 1,75 para envidia de nosotros, los de más adelante que todavía no habíamos dado el estirón y que jamás llegamos a esas alturas) acumularon pedazos de algarrobo en el frente.
Al comienzo, los residuos de pupitres llegaban apenas hasta la canaleta de las tizas.
Cuando los menos desarrollados comenzaron a aportar sus propios restos de pupitres, la cosa se puso espesa. Un profesor, un hombre de unos 40 años, dio su clase como si nada pasase. Cuando le tocó a la profesora de, digamos, Botánica, la mujer palideció, dijo que la clase no estaba en condiciones y se volvió a la sala de profesores.
Apareció el jefe de celadores, bajito y muy gordo, un hombre como de 50 años, cuyo apellido era D’Alessio, y cuyas señas particulares eran tener constantemente en la boca un pucho de toscano “Avanti”, en aquel tiempo muy de moda entre los inmigrantes italianos que iban quedando. Había estado en el Colegio cuando la insurrección del 55, y debe haberse asustado por la posibilidad de que la cosa escalase a alturas de escándalo, como aquella vez.
“She equivocaron, sheñores”, dijo D’Alessio indignado ante la acumulación de restos. “No she trata así la propiedad del Minishterio”. En aquel entonces la educación estaba en jurisdicción nacional.
Romeo Pironi, que era hijo del dueño de una de las confiterías más importantes de Flores de aquel entonces, intentó explicarle con sus limitaciones de lenguaje que no se podía mantener ese equipamiento con los físicos actuales de los alumnos. D’Alessio reaccionó tomándole el pelo a Romeo, y diciéndole que tomase sus útiles y fuese a la dirección. Pironi lo tomó muy a mal, y se dejó llevar por su talante peninsular: al pasar al lado de D’Alessio con la pesada carpeta de fibra negra que servía para las diez materias del curso le dio un golpe en la cara. D’Alessio se tragó el pucho. Hubo que separarlos, porque Pironi quería seguir dándole.
No salimos en los diarios. No había canales de noticias de 24 horas, ni siquiera mandaron una cámara para ver qué pasaba. Es decir, no se hizo el escándalo que podría haberse suscitado hoy. Es más, para el colegio, su rector, nuestros padres y el resto de la sociedad, éramos culpables, sediciosos. No era para meternos en cana, es más, teníamos razón, pero la manifestación nos costó 13 amonestaciones colectivas, que después se hicieron esta anécdota y nada más.
Nos sancionaron eliminando la división 6ª; los alumnos fuimos divididos en dos grupos: de la A de Albini hasta la M de Martínez fueron destinados a 3º 1ª, de la N de Nicotian en adelante hasta la Z de Zancanaro a 3º5ª. Dijeron que no había espacio para mantener la división. Quedaron dos grandes grupos de más de 40 alumnos cada uno.
Pero nos quedó la satisfacción de que D’Alessio se tuvo que tragar su maloliente toscano, y Romeo Pironi, con un físico parecido al del sargento García, acabó asumiendo las características de El Zorro.
Álvaro Carlos Otero

Néstor Funes de 5to 5ta 61 recuerda

“Los que ingresaron despues del año 1963,se perdieron un desafio LAS FUGAS SALTANDO EL PAREDON que limitaba el patio hacia el Oeste(el limite mas cerca de Nazca ).Era un paredon muy alto ,ahora esta todo construido.A un costado y detras del Kiosco, era el lugar para fumar y saltar la pared. A continuación había un baldío. La consigna era escaparse y con la misma alegria de haber escalado el Everest, llegar al suelo y estar entero. Aunque arreglándonos la corbata y sacando la tierra del saco. Reunirnos en el Paulsta, café que estaba en Rivadavia casi esquina Fray Cayetano Rodriguez.. Es la crítica que le hacemos al edificio actual no tiene incentivos para escaparse. Ese paredón sirvió para “contrabandear” redoblantes, bombos y disfraces por parte de 5º 5ª 1960. 

Que simpáticos con la batucada en el patio cubierto. El que golpeaba el bombo, lo mandaron a la dirección y pasó por la sala de profesores, pidiendo permiso y golpeando suavemente el bombo.


Oración a la Profesora de Química. Me estoy refiriendo a la profesora, de química, Maglia.

Gubetti, compañero nuestro se encargó de redactar y dirigir la “oración ” SANTA MAGLIA que el coro de angeles le dedicó.

 
Dios te salve Maglia, 
llena de eres de Nitrilos,
La química es contigo,
bendita tu eres entre todas las mujeres y
bendito es el Uno 
de tu examen:Lerú 
Santa maglia 
madre del Dos 
ruega por nosotros los aplazados 
ahora y en la hora de nuestro examen. 
Amén 
 
A medida que haga memoria ,voy a ir agregando otras historias. Nestor Funes

Algo que nos cuenta Nestor Funes de 5to 5ta 61

El apellido del Profesor de matemática que era sordo,era Sanchez Merlo. Del mismo circulaba una leyenda, que habia sido oficial del ejército y compañero de Perón. Efectivamente en la Promoción de Perón había un Sanchez Merlo, no se si fué la misma persona.


Relatadas por Joaquín Muñoz (5to 1ra 72)

cursábamos el tercer año, 1ª división, en 1.970, y teníamos un profe de dibujo de apellido Silva. Era un verdadero personaje; se consideraba a sí mismo como un tipo seductor, y nos decía, frecuentemente, que conocía a las mujeres por el “taconear de sus zapatos”.
En aquellos años, comenzaba a hablarse de la posibilidad del retorno del Gral. Perón a la Argentina ( exiliado entonces en Madrid ). Silva, se ufanaba en haber conocido a Perón, y comentaba que el General lo había recibido, personalmente, en su residencia, en Puerta de Hierro.
Contaba Silva, que él se habìa presentado en la residencia, y, cuando el mayordomo salió a la puerta, le preguntó quién era.
” Yo soy Silva, y vengo a ver al Gral Perón. Entrá, y decile que está Silva”.
El mayordomo ( según nos relataba aquel pintoresco personaje ), obedeció su orden, y entró a buscar a Perón.
Al rato sale Perón, lo vé, y le dice: ” pero qué hacés acá, Silva” ?!
” vengo a saludarlo, y a darle un abrazo, mi general”.
Parece increíble, pero es real ( la anécdota ).
Otra:

Cuando ingresamos al colegio nacional ( 1º año / 1ª división, 1.968 ) tuvimos una profesora de Botánica ( la sra D Urbano ), de temperamento gentil, y bastante condescendiente. Pero al año siguiente, en Biología, tuvimos que lidiar con la Sra. Ferro, muy exigente y bastante hostil. Una mañana, la profesora se explayó con todos los detalles acerca de la disección del pejerrey. Cuando finalizó su exposición ( que escuchamos todos atentamente, y en silencio ), consultó al curso si nos había quedado alguna duda.

Julio Vivares, rápido de reflejos, y muy ocurrente, le preguntó: “y después que le sacamos punta, qué hacemos”?

Salute!! Joaquín Muñoz.


Victor Bernadsky (5to 1ra 70) y problemas con la cana

El festejo del Bachillerato fue celebrado con la tradicional cena festiva en una cantina de la Boca. Lamentablemente la celebración fue interrumpida por los propietarios del local luego de una “charla” no muy amable entre los bachilleres (nosotros) y los peritos mercantiles que celebraban junto a nosotros, nos sacaron a patadas no sin antes evaluar el inventario de platos y copas de vino que tenian que reponer… .

Deambulamos “alegremente” por las callecitas del barrio hasta conseguir subir a un maldito colectivo en direccion a Flores.

Debido a la “alegria” de algunos de nosotros la farra continuo durante el viaje.

 Alguna pasajera se ofuscó debido a lo que alguno dijo o quizás “hizo” o tal vez no???.

Resultado: El conductor paro el colectivo a la puerta de la mencionada comisaria e hicieron bajar a los “implicados”en el supuesto acontecimiento.

En acto de solidaridad bajamos todos y bueno, pasó lo que tenia que pasar…

5to_1ra_70_cena_bachilleres


Carlos Juan (5to 4ra 75):

En 2do año 1972, había ingresado alguien a la división, el enano Costa, tipo malísimo si los había, de hecho duró un año, pero dejó su sello.- En ese momento teníamos de preceptor un alumno de 5to año, el gordo García, que se había tomado bastante a pecho su tarea y venia a ejercer autoridad.- Cierta tarde, el enano Costa se cansó del gordo García y cuando estaba de espaldas, le revoleó desde la última fila un zapato.- Obviamente cuando se preguntó quien había sido, en una división de 42 tipos, nadie sabia, hasta hoy me acuerdo del gordo (muy gordo) García, agachado banco por banco, buscando al que le faltaba el zapato.- Realmente no me acuerdo como terminó la cosa, pero me imagino que el zapato fue volviendo por entre los bancos hasta llegar a su dueño.-


Silvia Chamorro (5to 3ra 77) se acuerda que:

Una vez vino al Colegio la mamá de Charly Garcia que era Inspectora y en un aula estaban tocando la guitarra un tema de Sui Generis y ante la incomodidad del Rector, ella dijo, sigan, sigan que es un tema de mi hijo.

Celsa Mel Gowland (5to 3ra 77):

Y se acuerdan de un fin de curso cuando no sé cual división  ( pero era entre el 73 y el 77) ataron un par de cañas muy largas que ocupaban todo el ancho del patio interior y barrieron con todos los que andaban por ahí?
Y se acuerdan del Gordo García arrojando un canasto de panadero desde la última grada del aula ( sótano , sucucho) de química hacia abajo donde estaba la Fatur?
Y cual división fué la que en clase de Barros ( geografía , pelo en la pera ) le arrojaron una zapatilla y luego una lata de pintura vacía y luego un ladrillo. Y la profesora se presentó en rectoría con la lata y dentro el ladrillo y la zapatilla…!!?
Díganme si todo esto fué verdad o como dicen los especialistas en Historia oral uno recuerdas lo que quisiera que hubiera pasado….
un abrazo desde catalunya.
celsa
 
Para más información hacer click Aquí para ir al blog de esta entrada.

Andrea Butini (5to 4ta 85):

Hola:

Ya que estamos recordando, mi curso no fué muy aplicado que digamos durante el año 85. No recuerdo si fué exactamente ese año, o el anterior, pero era la época de amenzas de bombas, que continuamente se hacían en los colegio lo cual obvio, era una alegría para nosotros ya que nos mandaban a casa sin formar.
Uno de esos días, teníamos una evaluación, si mal no recuerdo de I. Cívica. Y dos o tres de mis compañeros (no voy a dar los apellidos por las dudas) fabricaron una bomba de ruido y la pusieron en uno de los inhodoros del baño de hombres.
Esa mañana, en plena formación con el Rector Cavatorta (recuerdo su balanceo de rodillas hacia atrás y adelante continuo) , nos informaba de una amenaza de bomba, pero ya cansado de amenazas, decía que la jornada continuaría nomalmente, bla bla bla… Estalla dicha bomba y este buen hombre quedo hablando solo en el patio. NOS FUIMOS!!!!
Lamentablemente no recuerdo que mas paso, creo que descubrieron a mis compañeros, aunque siguieron en el colegio, además de que eran alumnos con exelentes promedios.
Bueno, esa es una de las tantas, la próxima les recuerdo la del gamexane.
Saludos

Andrea 5to 4ta 85


Lombardi (5to 5ta 68) pregunta lo siguiente: 

SABEN USTEDES,  QUE DIVISIÓN DE LAS TRES QUE EXISTIAN EN TURNO MAÑANA, LIBERÓ UN “LECHONCITO” CUBIERTO DE GRASA, POR TODO EL COLEGIO, EN EL AÑO 1968 ……… ?????!!!!!

CELEBRANDO LA PROMOCIÒN !!!!!!!!!!!

EL “CHINO TERES” LO CORRIÓ PERO NO TUVO ÉXITO…..

SE LE ESCAPÓ….

HABRÁ SIDO POR LA GRASA ??????

Para más detalles, ir al blog de esta anécdota


Victor Volpin (5to 5ta 78) nos mandó esta anécdota:

Queridos ex compañeros y amigos del Urquiza:
Con alegria veo que se está aprovechando el medio de la internet para comunicaractuales actividades y recordar increibles anécdotas de nuestra juventud,
Uno siempre se pregunta que será de tal o cual, que será de su vida? Por donde andará?
De pronto el más prometedor se quedó en la nada y el más haragán se hizo famoso …
Les escribo para contarles de un querido compañero exgresado de 5to 5ta en 1978.
Cuantas anécdotas y momentos, para hacerla cortita solo les contaré una;
la Barros (a ver quien se acuerda, profesora de Geografia..)  lo sacó arando un dia a los gritos:
“ en mi clase usted se llama EPSTEIN, estamos en una democracia y aqui no hay dos apellidos!!!”
Bueno su nombre era Jose Gabriel Gorishnik Epstein…
Hoy en dia el Rabino Iosef Mendel Gorishnik Epstein quien vive en la zona de Jerusalemen la Tierra Santa donde se dedica enteramente a la ayuda de necesitados física y espiritualmente entre otras actividades envia semanalmente por E Mail unas palabras referentes a la Parashat a Shavua
(porcion semanal de la Torah ).
Para todo el que esté interesado o para cualquier inquietud, pregunta, consulta pueden escribirme via el grupo de ex-alumnos y les conectaré directamente con él.
Un Gran abrazo para todos y alegre Purim!
Victor Volpin  5to 5ta 1978 (el año del primer campeonato mundial!!!!

Osvaldo Butani (5to 5ta 76) la deja picando:

1.- En el ’72 / ’73 : Quién tiró un gato muerto en la casa de la Mrs. Fernández ( la de inglés) ?

2.- Quién NO puso alguna moneda en las vías en el paso a nivel de Condarco?

3.- Qué marca de tinto se clavaba Laplane antes de dar sus clases de Educación Democrática (ERSA) ?

4.- Quién NO le tenía terror a la Pagura de Historia?

5.- Por qué la Regueira (Interventora ’76) no le dejó a 5to 5ta ponerse el cartelito de egresados en el saco?

6.- Por qué le dimos bola?

7.- Qué se hacía con el pelo cuando sobrepasaba el cuello del saco ? Se cortaba …?

8.- Cuál era el nombre completo del siniestro “Marquitos” ?

9.- Quién pegó su foto con una leyenda en la cartelera y le metió Poxi-Pol a la cerradura?

10.-Cuál era la estatura exacta de Gran Gonzalito (Historia)?


Marcelo Golaz (5º2º72) se acuerda de lo siguiente:

bueno, vamos a ver si nos acordamos de…”la casasa”….profe de castelano….nos acordamos??
era flaca y muy nerviosa…
les cuento una??
en la 5ª nos pusimos de acuerdo (cosa q ahora hacen pocos) y en un momento dado nos empezamos a balancear todos (eramos como 45) hacia un lado y hacia otro, al unìsono..
sin decir nada…imagìnense…..ella nos miraba y no entendìa muy bien lo q pasaba.
nos empezò a mirar y se puso nerviosa…tanto, q terminò rompiendo un làpiz al medio sin darse demasiada cuenta (siempre daba clase con un làpiz en la mano). ja.
recuerdos del cole…èpocas lindas pese a todo..
los saludo y q vayan bien…


Osvaldo Butani (5º5º76) nos mandó lo siguiente:

El caso de los “mellizos Gordon”

Fin del Año 1971 : examen de ingreso al Urquiza para entrar en marzo del ’72.

Las listas con las notas estaban pegadas en la pared de la entrada. Desesperado me buscaba en la lista para ver si había entrado… El examen no era tan fácil que digamos… pero. SÍ entré ! Por curiosidad me fijé quiénes eran los primeros en la lista, los de mejor puntaje. Eran dos chicos con el mismo apellido: Gordon. Seguro que son hermanos pensé. Ahora en primer año los voy a conocer, quizás estemos en la misma división… Empezaron las clases y efectivamente, los mellizos Gordon estaban en el cole, pero no en 1 er año, sino en 2do !!! Habían dado 1ero LIBRE !

Al año siguiente, 1973, empezaron las clases y los Gordon pasaron a… 4to ! Sí. Dieron 3º LIBRE !! Eepaa! Luego sí hicieron 5º año y terminaron habiendo cursado tan sólo tres del los 5 años del bachillerato…Unos añitos después, leyendo el diario en casa veo una nota sobre uno de estos mellizos que se había recibido de Ingeniero y de Abogado (2 carreras universitarias en la UBA, quiero creer que las hizo una después de la otra). El caso es que esto no es muy común que digamos y pasó en el Urquiza allá x los ’70…


Flavio Fanelli (5º3º 73) nos cuenta:

A ver los perpetradores fueron 2 uno casi seguro Rabano, y el otro creo que Lucero. Y juraría que fue en clase de matemática con la Repetto. Y en tercer año supongo también.

  Si las aulas no cambiaron, al costado de la puerta había un pequeño placard de 2 puertas, que nunca supe para que estaba en el aula.

  La cosa que antes que empezara la clase estos dos deciden ratearse de la hora de matemática escondidos en el placard, porque la cosa era zafar de la posibilidad de que le fueran a hace alguna pregunta etc…  no me acuerdo si teníamos una o dos horas seguidas y si en la primera hora se la bancaron ahí dentro, y en la segunda, la profesora o de casualidad o intuición anda a saber , pasa lista, por supuesto que los dos que estaban metidos en el placard no dan el presente. Entonces  termina de pasar lista nos pregunta donde estaban los dos ausentes, y nadie dice ni pio (supongo que nos veria la cara de cagarnos de risa contenida).

  Entonces la profesora arranca para el afuera a buscar al preceptor, acto seguido salen los dos del placard, caminando en puntitas de pies, (supongo que pensarían que iban a decir que se habían vuelto invisibles por un rato, o algo parecido) la cosa que apenas terminan de salir del placard vuelve a entrar la Repetto.  Me cuesta explicar lo que nos reimos , y la gracia que me sigue causando acordarme de la fotografía de esos dos caminado de puntitas de pie mientras la profesora entraba.

  Bueno cosas de chicos


Enrique Novelli (5º 3º 60) nos dice:

Al Rector Viberti en nuestra camada (1956 a 1960), le decíamos “El oso”, apelativo que respondía a su fuerte contextura, su cabello ríspido como pelo (de oso) y la poca separación entre sus ojos. 

Al Jefe de celadores. Le decíamos “El sastre” pues siempre amenazaba con tomar medidas muy precisas. Respecto de ex-alumnos que “han llegado alto” está el que actualmente es Obispo de La Plata: Monseñor Hector Aguer, quien desde primer año se perfiló por esos caminos. De los profesores, entre otros, me llamó la atención que no figurara el Dr. Natalio Pisano, profesor de Historia (jubilado en 1958 o 1959) Abogado, Presidente de la Junta de Estudios históricos de Flores. Gran docente y transmisor de cultura, arte y ética de la vida cotidiana.

A la esposa del Vicerrector Ponce, que enseñaba Inglés le decíamos “The rat” por su forma de pronunciar este vocablo y por su cara aguzada.

“La Martita” se inauguró como profesora con nosotros cuando estábamos en cuarto tercera…..


Roberto Gallo (5º 4º 66) nos cuenta lo siguiente

Por nuestro escudo de graduación es fácil darse cuenta que pertenecemos a la época en que el colegio no era mixto y la posibilidad de tomar contacto con las chicas que teníamos, era de merodear por el Fernando Fader o por el Ana Maria Janer, antes de entrar o despues de salir de clases. Ese escudo, algo sexista, sobre todo para la época, nos trajo algunos problemas, en particular con la profesora de italiano, que era una mujer de caderas muy anchas y piernas de escasamente torneadas, que se ofendió terriblemente y nos prohibía usar el escudo en su clase, si alguno se olvidaba de sacárselo, lo hacía salir del aula, quitarse el escudo y volver a ingresar. 


Relatada por: Alberto C. Minnell (5º 4º 58)

Cuando transcurrian los últimos días de quinto año acordamos ir a festejarlo con una cena en un restaurante que si no me equivoco estaba por la zona de Constitución. 

Alguien se ocupó de hacer la reserva y la noche prefijada nos hicimos presentes en el lugar. Nos asignaron un local separado de la parte principal del restaurante con una mesa en U y por supuesto menú fijo.

Para que se pueda entender lo que ocurrio durante esa cena es necesario poner en antecedentes a quienes hoy tienen menos edad que los que participamos de ese penoso suceso.

Hace 50 años los mocosos de 17 o 18 años como teníamos en ese momento no salian de noche sin sus papis. De hecho para la mayoría de nosotros era la primera vez que nos asomábamos a ‘la noche’. Fácil es imaginar lo que sucedió. En plena edad del pavo, descontrolados, sin nadie que nos pusiera límites, cada uno tratando de demostrarle al resto quien era el más piola… nada bueno podía ocurrir.

Comenzó la cosa muy normal hasta que algunos se excedieron un poco (bastante) en dar cuenta de los pingüinos de cerámica con un dudoso tinto de la casa. La graduación alcoholica comenzó a subir y con ello se sucedieron hechos que empezaron como una gracia y terminaron en un bochorno.

De pronto comenzaron a volar miguitas de pan que fueron seguidas por panes enteros. El menú incluía arroz a la cubana, plato compuesto por arroz y una banana frita. Alguno le revoleó a otro una banana, acto seguido le devolvieron con varias bananas refregadas en su cabellera. Comenzó una guerra de sifonazos y el pináculo del descontrol fue cuando comenzamos a tirarnos con el dudoso tinto de los pingüinos, el que obviamente no daba solamente en el blanco elegido sino que manchamos paredes, cortinas, manteles etc.

Todo concluyó cuando dos mozos muy pero muy calientes vinieron muy serios y dijeron textualmente ‘tienen cinco minutos para irse o llamamos a la policia’. Si bien la mayoría estabamos (y me incluyo) con unas cuantas copas de más la borrachera no era tan grande como para no darnos cuenta que la cosa venía en serio, así que metimos violin en bolsa y sin decir palabra salimos del local. Al llegar a la calle cada uno se fué sin chistar para su casa y nunca más se volvió a hablar del tema.

Creo que la mayoría de nosotros compartimos una tremenda sensación de vergüenza por el papelón que habíamos hecho y que precisamente por eso es que por desgracia nunca más volvimos a reunirnos…

Hoy, medio siglo después como querria encontrarme con alguno de aquellos imberbes que entramos en el mundo de los grandes comportandonos como verdaderos pavotes.


Relatada por Daniel Eugenio (5to 4ta 74)

Recuerdo cuando intoxicamos a los profesores y preceptores con gamaexane.
Primero entreabrimos un poco la puerta. Dentro estaban los profesores y varios preceptores, era el recreo largo……entre ellos mi amigo del alma Marquitos. Llegaban risas y murmullos desde el interior….. no se imaginaban la tormenta que se les avecinaba………..seguro que los profesores estaban flirteando con las profesoras……..ja, ja de aquí, ja,ja de allá,,…….
Inyectamos la pastilla de gamezane encendida y la pateamos adentro. Cerramos la puerta y con las dos manos (de varios) la mantuvimos cerrada mientras de otro lado hacian esfuerzos sobrehumnaos para abrirla. El humo, recuerdo se colaba por debajo de la puerta y por la banderola de arriba. Se sentian toces y llantos que venian de los humanos enjaulados de adentro. Nosotros firmes!! .
Llegó un momento que el esfuerzo desde adentro menguó……….zas! me dije, se murieron.!
Entonces, plan B. Todos a correr y disiparse. Quedé yo solo agarrando la puerta (el humo seguia saliendo por debajo, por arriba y también por el agujerito de la cerradura). Esa era la sala inmediata a la escalera, en el primer piso. A la voz de aura, largué la puerta y salí corriendo escaleras abajo.
Salvada la situación. Nadie supo quienes fueron………
Misión cumplida….
Al venganza fué terrible!

 


Relatada por el Tano D’Eramo (5to 4ta 74)

….. cómo nos gustaba el gamexane!!!!!!!! cuando nos agarraba la chiripioca, meta bombita. nos gustaba tanto como el manejo sutil de la liga que utilizabamos para llevar los libracos  (no llevabamos mochilitas como ahora, pero ojo, porque en la mochilita “los pibes” se mandan con un 38 o un cutter para directamente cortarte la yugular…..). Los libros y cuadernos se ajustaban con dos “ligas” de material extensible, puestas en cruz.  Servian para distintos fines bélicos. El uso directo, era pegarle un ligazo al otro, normalmente en un lugar que lo hace saltar a uno sin dañar  Ese lugar era las nalgas. Parecemos renabos….pero se respetaba la cara….Otro uso bélico era lanzar tizas o papelitos utilizando el material elástico como eyector de Hondera. Los sutil, es que el efecto deseado no era pegarle un tizazo en un ojo o un papelazo, bien durito, en el medio de la jeta a uno, sino lograr el punto de máximo salto neuralgico, que era debajo de la orejita, ahi en el cuellito. Cuando te pegaban ahi, se saltaba del banco como loco, y todos se cagaban de risa. Pero habia que tener muy buena puntería!!!! Muchos se rateaban, ibamos por ejemplo al San Martin en Rivadavia, o al Continental, en la calle Carabobo a ver las de la Coca Sarli  (cuatro en la misma funcion, menores “arriba”), sin embargo, NO ERAMOS DE LLEGAR TARDE  ¡todo lo contrario! llegabamos bien temprano, porque había la “previa” en la Estacion de Flores, ahi, en dos bancos alargados, estabamos todos faseando los 43/70 , Particulares, Imparciales…que se yo ….luego la competencia era quien lanzaba la colilla mas lejos. Se podía amenizar escupiendole a la gente que viajaba con la ventanilla abierta cuando el tren arrancaba. Pero nunca tiramos a nadie a las vias, che, como hacen ahora…ni nos afanabamos nada….Luego, nos dirigiamos enfrente del Colegio un rato, ahi ya era una tremenda romería con miles de sacos azules y pantalones grises antes de entrar…..

 


Relatada por: Alberto C. Minnell (5º 4º 58)

Releyendo la anecdotas contadas por quienes nos sucedieron en poblar las gloriosas aulas de Condarco 290 he llegado a la triste conclusión que nosotros que nos creíamos unos piolas bárbaros, éramos unos niños de teta.
En alguna de las anécdotas narradas se hace mencion a una profesora de música a quien nombran como La Colorada. Eso me lleva a suponer que se trata de la Profesora Susana Castellanos ya que la descripción coincide a la perfección, era peliroja, dictaba cultura musical (cultura ? ? ?) y por lo visto, al igual que muchos años despues siempre estaba para el cachetazo.
Y aqui va la anécdota.

Estando en cuarto año, un buen día la profesora Susana Castellanos se le ocurrió enseñarnos a cantar en inglés y nos hizo copiar la letra de ‘Oh Susana’, una canción country que hacía furor en aquella época. Entre miradas atónitas y risitas cómplices copiamos la letra y escuchamos a Susana (la profe) ejecutando o más bien ajusticiando ‘Oh Susana’ en el piano…

Aquellos que peinan canas (unas cuantas por cierto) seguramente se deben acordar de esta canción.

No se quien fué el genio del mal que perpetró una malévola idea a la que adherimos en masa. Comenzaríamos a cantar la canción en voz más bien baja y desafinando todo lo posible, en la seguridad de que Susana nos lo haría repetir varias veces. Efectivamente, cuando empezamos a cantar

When I came from Alabama
with my banjo on my knee
etc etc
Susana interrumpió la ejecución y nos pidió ‘Chicos más entusiasmo!!!
Esta escena se repitió dos o tres veces… Lo que Susana no se imaginaba es que todo estaba preparado y que también estaba preparado un cambio en la letra del estribillo.

Cuando llegamos al estribillo que decia
Oh Susana  please don’t cry for me
etc etc
En lugar de eso, cantamos todos a voz en cuello

Oh Susana, dejate de joder
y bajate los calzones
que te vamos a c….

Risitas más o menos disimuladas de nuestra parte… Susana dejó de tocar, se paró como si le hubieran puesto el Apolo XIII debajo de la silla. Pasó su vista por todos nosotros con los ojos brillosos de bronca y lo único que atinó decir fué

Ahora vamos a ensayar ‘Se equivocó la paloma’

La verdad es que era para ‘bajarnos la caña’ a todos pero hay que reconocer que Susana era más buena que Lasie con bozal

Olvidé contarles que nunca más volvimos a ensayar ‘Oh Susana’

Alberto


 Relatadas por: Alberto C. Minnell (5º 4º 58)

No quiero faltar el respeto a algunos de los que voy a nombrar porque casi con seguridad no están más entre nosotros pero en su momento dieron mucha tela para cortar…

Se habrá confirmado que ‘la Caracoche’ (que bien que estaba!) andaba (que antigüedad) con Sanjurjo (tambien conocido como ojos de huevo duro)?.

Cuantas veces nos hemos acordado de ‘la vieja Solari’ que ya en aquella época se piantaba del programa de anatomía y nos daba educación sexual sin tapujos.

A lo largo de mi vida he trabajado en empresas norteamericanas e inglesas. Tuve la suerte de viajar bastante por el mundo y tengo un yerno neocelandes. Las bases del idioma ingles que por suerte manejo discretamente me las dió ese extraordinario profe que tuvimos Don Juan Carlos Rojo Mazorra… Profesor… donde quiera que esté, simplemente GRACIAS.

Se acuerdan del flaco narigón que vendía los helados Kadara a la entrada del turno tarde?

Y alguno puede olvidarse de la huelga de la enseñanza laica y de la libre… que manga de giles!. Como pudimos ser tan ciegos y no darnos cuenta que las universidades privadas harían una importante contribución a la formacion de profesionales… pero a pesar de que nos corrian con gases lacrimógenos en la Plaza del Congreso nos pasamos casi un mes sin clases.

Me vengo a enterar por el blog que a Angelito Mazzei lo llamaban Pichi. Pues bien, recordarán que Angelito cuando mandaba a estudiar una poesía de memoria y alguno no la sabía, para la clase siguiente le hacía estudiar la misma y otra más… En 4º año el rey de los caraduras de nuestra división, Varangot, llegó a tener para estudiar siete poesías y Mazzei jamás pudo escuchar otra cosa de sus labios que ‘Mmmmm, no la recuerdo profesor’

Ese mismo cararrota una vez se consiguió un certificado médico que decia que sufría de surmenage y que por 30 días no podia estudiar así que munido de su certificado cuando entraba un profe al aula se acercaba respetuosamente y le explicaba que el venía a clase para no quedar libre por ausencias pero que por un mes no podian tomarle ninguna prueba ni lección… Siempre hubo tipos que sabian descubrirle el agujero al mate!

 


La manguera contra incendios sin fuego: Relatada por Daniel Eugenio (5to 4ta 74)

La escena se desarolla en algún recreo largo, en esos en los que el tiempo se dilataba hasta la eternidad. Hasta se pensaba que el sistema no andaba bien y que se habia “olvidado” de sonar de vuelta.

El lugar era el patio de arriba.

Nosotros, de 4to año en el fondo al lado del kiosko.

Los de 5to año en el lado opuesto.

Nos gritábamos, nos insultábamos.

Nos deciamos de todo.

Los de 5to se la comen!!!!!!!!

Los de 4to son forrrrrrooooossssss!! se escuchaba del otro lado.

Allá lejos y a la distancia, los de 5to se hacian los machos y nosotros, boludos de 4to nos creíamos los dueños del colegio (a destiempo!).

Canto vá, canto viene. El ambiente se caldeaba con cada frase y cada insulto.

En un momento dado, por esas cosas que tiene la vida, por esas cosa que pasan en este mundo, dos cables cruzados en la cabeza adolescente de alguno y el tiempo comenzó a frenarse, a hacerse más lento.

En ese momento, en ese instante…….voló un borrador.

Vino desde el lado de 5to hacia nosotros.

Casi diria yo que en cámara lenta, como que no queria llegar al otro lado.

Llegó de alguna manera y se frenó con el cuerpo de alguno.

Eso fué la sentencia, la declaración de guerra, total y sin tapujos.

Son esos hechos de la historia que la cambian, que le dan un giro de 90 grados.

No estoy seguro de reclamar la totalidad de la autoria del hecho que siguió, por que esas cosas se deciden en grupo.

Rompimos el vidrio que guardaba la manguera de bomberos. Yo agarré la punta junto con otro y alguien abrió el grifo, que era una manija redonda roja.

El agua comenzó a salir con una fuerza indescriptible.

Recuerdo que me sentía un bombero hecho y derecho.

Apuntámos al 5to año que se disipó ipso facto. No quedó nadie.

Algunos de los nuestros cubrian la retaguardia por que por ahí podian venir o los de 5to o los preceptores. La retaguardia  era la escalera que daba al patio de abajo.

Algún preceptor mandado por Marquitos se quizo acercar y lo ahuyentamos con el chorro que lo devolvió al fondo del patio, ahí donde habian estado los de 5to.

A la voz de aura se cerró la manguera, largamos todo y nos dispersamos instantáneamente.

El colegio quedó sepultado en 20 centímetros de agua!!!!

No supimos nunca más de los de 5to……se disolvieron con el agua junto con el borrador!


Relatadas por Oscar Cammarota (5to 4ta 74)

Un dia de la primavera el ruso Levin nos invito a la casa. Llevamos el asado y abundante vino de mierda. Creo que fuimos Gianmateo, Romeo, Suárez, Yo y un par más. Había una canchita de futbol y mientras haciamos el picadito con Romeo haciamos el asado. Después de comer, en pedo y muy alegres le comimos todas las mandarinas que habia en la mesa del comedor y el muy turro las cobró !!!

ES MÁS, ESTABAN TODAS PODRIDAS!!!!!!!!!!!!!!.

OTRA: Con el tano mangialavori, ahora “Caos Fractal” habiamos sacado entradas para un festival del rock nacional que se hacia en comunicaciones. No me acuerdo si era BAROCK ó algo parecido. Mi vieja y la vieja de mangialavori eran muy protectoras y siempre estaban en contacto. Resulta que yo muy boludo en esa época, en una discusion por  el dichoso festival le digo a mi vieja que se quedara tranquila pues en el festival la gente llevaba nada más que sevillanas y navajas por si pasaba algo. CARAJO!!!!!!!!!!! al toque la llamó a la madre de mangialavori y minga que nos dejaron ir, nos tuvimos que meter las entradas en el culo y yo, bancarme la sarta de puteadas de Caos Fractal que lo menos que me dijo fue bonito.

OTRA: A ver si te acordás cuando trajiste un reel de pesca y se lo enganchaste al tapado cuando terminó la clase y la colorada se fue y le diste tanza y después la empezaste a traer con todo el mundo cagado de risa. Eso fué tremendo, no me acuerdo como terminó, creo que cortamos la tanza y se fué con el anzuelo puesto.


Relatada por Carlos Santibañez y José Luis D’Eramo (5to 4ta 74)

La tapa del disco de Heleno (“La chica de la boutique”) la trajimos con Sergio Carioni, la colgamos arriba del pizarrón sobre la frase “Santo Heleno, patrono del aula”, en la hora de la Colorada. Al día siguiente la sacaron y un par de días después colgamos una foto de Juanita Larrauri, una dirigente peronista horrible y superkitsch, “Santa Juanita, patrona del aula”. La volaron al día siguiente.

PD: Hablando De López Correa, imitaba a Sandro y muy bien. Con la Colorada ibamos al salón de actos a practicar el himno en la semana previa a algún acto. Era un quilombo, obvio. La tipa amenazaba con que el que se portaba mal cantaba el himno solo. El cabezón armaba bardo a propósito y la mina paraba de tocar el piano en el escenario y lo hacía cantar solo; y él parado y contorsionándose cantaba el himno como Sandro. Desopilante. 


Relatada por Daniel Eugenio (5to 4ta 74)

Hace poco recordaba la famosa instancia en la que, desafortunadamanete me aplicaron 10 amonestaciones.

Masticábamos las hojas de carpeta y cuadernos, en una punta y luego de achatarlas las lanzábamos al techo y quedaban ahí pegadas, como estalactitas (o esas son las estalagmitas?).

La cosa es que yo le dí un toque más interesante cuando antes de lanzarla al techo, a una de ellas le prendí fuego.

Allí se fué la bala, nomás, como un cohete encendido, como el Apollo X1 que tanto admirábamos.

Se pegó en el techo y comenzó a quemarlo………primero el techo, luego el colegio, esta vez era en serio.

Le tirábamos cuadernos y cosas para apagar el fuego, pero el aire que generaba nuestras acciones solo hacian que el fuego se avivara.

Al final se apagó justo antes de que aparecieran los bomberos. Marquitos saltaba de un banco al otro desesperado!

Al final Marquitos dijo…..10 amonestaciones a toda la clase si no sale el culpable. Se fué de la clase y cerró la puerta, dejándonos solos para deliberar.

Toda la división me miró a  mi. Muchos ya estaban en capilla y hubieran sido expulsados del colegio.

Yo estaba con 24 amonestaciones y 10 más me llevaban a la cifra ridícula de 34!

La cosa es que salí de la clase como ofrenda a los dioses y Marquitos me dice….ya me imaginaba que habias sido vos….. le brillaban los ojitos!

Me puso 10 amonestaciones. Como era casi fín de año no me hecharon pero no me dejaban volver al siguiente.

Solo luego de un par de veces que mi viejo (ex-urquiza 5to 4ta ’48) fué a hablar con el Rector (Braun?) me permitieron volver al año siguiente…… a continuar con los quilombos!!!!


Algunas cortas relatadas por José Luis D’Eramo (5to 4ta 74) (Alias El Tano Mangialavori) y confirmadas por Daniel Eugenio.

Como anécdotas, recuerdo cuando Chaine empezó a decirle a una mina que pasaba por la calle “mamita mamita, vení mamita conmigo” y la mina se dio vuelta y sacá un  ¡babero! y empezó a correrlo para ponérselo. sucedió enfrente del Colegio.

Me acuerdo cuando a Oscar Cammarota le tiraron un zapato por la ventana desde el 2do piso, y tuvo que pedir permiso en una pata…para ir a buscarlo.
Recuerdo cuando preparamos un recital para el día de la primavera y cuando empezamos a tocar nos empezaron a tirar bombitas de agua y los baffles quedaron medio arruinados…..
Recuerdo cuando un vejestorio se llevaba un yiro al telo, y cuando salió con el gato, todos lo vivamos desde la ventana y el viejo entró a saludar…..
La de italiano (Sabini) empezó con la tabla del treinta “trentuno, trenta due, trenta tre, etc, Oscar Cammrota empezo a decirle: ….te entra uno, …..te entra due, …..tentra tre…. y la mina para la cosa y dice “ma no, no e te entra, e tentra”….ante el cago de risa generalizado…..
Otra imborrable: Habíamos detectado con nuestro instinto animal que la de Latin, la Cassassa, era fóbica. ….Aunque luego recuerdo bien que le llegó su príncipe azul, y tarde pero seguro ¡se casó la Cassassa! Milagro en el Urquiza. Aunque las fobias, no se fueron facilmente. Estas consistian en claustrofobia, y fobia remarcada a ruidos practicados en forma constante e insistente como el “click click” de las biromes con punta retráctil. Bue, un día armamos “el atentado”. Una vez en clase, ella estaba escribiendo en el pizarrón “hominem in orto sum” (o algo asi de pornográfico) cuando, con mucho sigilo, fueron cerradas todas las puertas y ventanas, la puerta recuerdo que la trabamos, y luego los 40 ernergúmenos nos pusimos a darle click click a las biromes. La mina se puso loca! Arrastraba los pies, y suplicaba que abriéramos la puerta, que dejáramos de hacer click con las lapiceras, agarraba la libreta y ponia ceros a todos, un descontrol. Rogaba que abriéramos la puerta y le deciamos “no se puede, está trabada”. Bue, alfinal se puso a llorar, y la cortamos porque eramos hombres sensibles…..
Aclaración de Daniel Eugenio: Recuerdo que en esta instancia, la cosa fué más seria de lo que el tano recuerda.
Para hacer más trágico el evento, cortamos con navajas las sogas que subian y bajaban a las persianas de las ventanas (era 1er año y nuestra aula era la que estaba arriba de la entrada principal del colegio) y además, hicimos saltar los tapones con un cable en cortocicuito en un enchufe. De esa manera el aula quedó totalmente a oscuras. La Cassassa a los gritos y llantos..


Relatada por José Luis D’Eramo (5to 4ta 74) (Alias El Tano Maledetto)

Me acuerdo cuando sobraron 2 kilos de carburo de calcio de la clase de química donde la profe usó un poquito para mojarlo con agua y formar acetileno, que en contacto con calor entra en ignición. Recuerdo que llevaron los dos kilos al baño y abrieron las canillas, y tiraron un fósforo y llamaron a Marquitos y Matute al grito de ¡se incendia el colegiooooooooooo! los tipos fueron y LE TIRARON UN BALDE CON AGUA, Y SALIO UNA LLAMARADA ATROZ…..van a escupir sangre decia Marquitos!


Relatada por José Luis D’Eramo (5to 4ta 74) (Alias El Tano traga libri)

También cuando a Oscar Cammarota (5to 4ta 74) el primer “cumple” lo pusieron en bolas en el parque Avellaneda con 5 grados bajo cero y lo mandaron asi a la casa, recuerdo que me llamò la vieja para saber que habìa pasado con el hijo….


Relatada por Daniel Eugenio (5to 4ta 74)

Eructo en clase: Ver el Blog de este hecho

La situación es que, a pesar de que Marquitos “firma” la sentencia, no quiere decir que el hecho haya ocurrido.

Pudo muy bien, haber sido un eructo “virtual ú “holográfico”.

Puede ser, también, que Marquitos lo haya soñado……

No hay pruebas suficientes como para comprobar que el hecho haya realmente ocurrido.

Yo creo que algunos preceptores imaginaban que nosotros hacíamos cosas, como para poder justificarse. Después de todo, ese trabajo les daba de comer……y si nosotros hubiésemos sido alumnos ejemplares, no hubiera habido necesidad de tanto preceptor.

En el caso hipotético de que este hecho en particular haya realmente ocurrido, se podría justificar tranquilamente, ya que nosotros, los del turno tarde, comenzábamos la primer hora después del almuerzo y no después de un magro desayuno como el turno mañana.

El hecho en questión, según cuenta la leyenda (repito, sin poder comprobarse), ocurrió mientras, luego de formar fila, entramos a clase ordenada y silenciosamente como siempre.

Marquitos, siendo más o menos de la altura de los más pequeños de la clase, nos siguió hasta dentro del aula sin que nosotros nos percatáramos.

Yo entro, me paro en el asiento y, elimino, en forma grosera y estridente, el rey de los eructos. Se debe de haber escuchado hasta en Rivadavia.

Ese esfuerzo fué realizado, como se debe, con los ojos cerrados y la cabeza elevada al cielo, como el grito de Ipiranga.

Cuando todo termina, abro los ojos y allí estaba, frente a mí, parado entre los bancos, Julián Marcos.

Demás está decir que en ese momento no tuve ninguna linea de defensa. Solo pude musitar, sin ningún convencimiento, also así como que me habia caido mal el almuerzo.

Marquitos no me creyó y de ahí la sentencia: 10 Amonestaciones!

 

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